Seguir todos los pasos para hacer la masa de brioche hasta el paso 4, donde indica que ésta se tiene que dejar reposando para que doble su tamaño. Una vez que haya doblado su tamaño, refrigerarla en el mismo bol tapado durante 1 hora más.
Mientras la masa reposa, para hacer la crema pastelera, con un cuchillo bien filoso abrir a lo largo la vaina de vainilla y con cuidado retirar todas las semillas de su interior.
Poner una olla mediana a fuego medio y agregar la leche junto con la mitad del azúcar y las semillas de la vaina de vainilla. Dejar cocinar por 2 minutos, sin que hierva, mezclando ocasionalmente con un batidor globo.
Aparte, en un tazón pequeño mezclar con un tenedor el resto del azúcar junto con la sal, yemas, fécula de maíz y harina. Añadir un poco de la mezcla de leche y batir para que esta mezcla de yemas se tempere.
Vaciar la mezcla de yemas a la olla con la leche y cocinar a fuego medio-bajo por 4 minutos aproximadamente, sin dejar de batir con el globo de mano, hasta que se forme una crema más espesa. Es muy importante no dejar de batir y hacerlo con cuidado para que la crema quede sin grumos.
Retirar la crema del fuego, agregar la mantequilla y batir hasta que esté bien incorporada. Vaciar la crema en otro tazón limpio, cubrirlo con papel film (que debe tocar la superficie de la crema para que no se forme costra) y refrigerar por 30 minutos.
Una vez que la masa de brioche se haya refrigerado, colocarla en la mesada con un poco de harina y estirarla con un rodillo de cocina hasta formar un rectángulo de 45cm de largo x 30cm de ancho aproximadamente y un grosor de 5mm.
Agregar la crema pastelera encima de una mitad del rectángulo de masa y esparcirla con una espátula de goma. Añadir además en la misma mitad de la masa, las chispas de chocolate.
Doblar la otra mitad del rectángulo de masa para cubrir el relleno y sellar un poco con las manos o el rodillo de cocina para que la superficie quede más lisa.
Cortar rectángulos de 3-4 cm de ancho aproximadamente y colocarlos en una bandeja grande con papel de horno. Cubrirlos con papel film o una toalla de cocina y dejar que reposen a temperatura ambiente por 2 horas o hasta que doblen su tamaño.
Poco tiempo antes de que los brioche terminen su tiempo de reposo, precalentar el horno a 180° C. Para el terminado, colocar el agua con el azúcar en una olla pequeña a fuego medio hasta que la mezcla hierva y el azúcar se disuelva por completo para que se forme un jarabe.
Una vez que los brioche hayan doblado su tamaño, barnizarlos con una mezcla de huevo batido y leche y hornear durante 12-14 minutos hasta que estén ligeramente dorados.
Sacarlos del horno y barnizarlos con el jarabe que se había hecho antes. Dejarlos enfriar por 10 minutos antes de comer y listo.