Pelar las ciruelas y las manzanas, quitar el hueso y cortar en trozos (las ciruelas pueden quedarse con la piel). Colocar las frutas en una sartén a fuego bajo junto al resto de los ingredientes, mantequilla, azúcar, vainilla y canela. Dejar que se cocine hasta que la mantequilla se derrita y el azúcar se disuelva, y seguir cocinando hasta tener una especie de compota de fruta.
Precalentar el horno a 180º C. En un bowl pequeño, batir el huevo y la leche juntos. En otro bowl, grande, colocar la mantequilla y la harina, y desbaratar un poco con ayuda de dos tenedores. La idea es hacer una masa que tenga una textura "arenada", cómo migas de pan.
Después agregar el azúcar, canela, polvo para hornear y la sal y mezclar. Verter la mezcla de la leche y huevo a esta mezcla e incorporar para crear una mezcla gruesa.
Colocar la fruta en un molde para hornear redondo, y poner encima la mezcla de harina a cucharadas, dejando espacios de fruta sin cubrir, para que la fruta pueda respirar dentro del horno. Hornear a 180º C durante 20 a 30 minutos o hasta que la harina esté dorada de arriba. Sacar del horno y dejar enfriar 5 minutos antes de servir. Comer con helado o nata o crema espesa.