Alistar un molde rectangular con papel encerado encima.
Para pelar las almendras, colocar agua en una olla mediana y llevarla a fuego medio-alto. Cuando esté a punto de hervor, agregar las almendras y dejarlas por 2 minutos hasta que la piel se caiga con facilidad.
Retirar las almendras del agua, quitarles la piel y dejar que se sequen por completo.
Para tostarlas, colocarlas en una sartén a fuego bajo y mezclar ocasionalmente para que se doren por todos los extremos. Una vez que estén tostadas, trocearlas con un cuchillo en una tabla para picar hasta obtener trozos medianos.
Para hacer el caramelo, colocar el azúcar en una sartén y llevarla a fuego bajo. Dejar que se forme el caramelo sin mezclar para nada, solo moviendo el mango de la sartén (de lo contrario el azúcar se cristalizara y el caramelo no se formará).
Una vez que se obtenga un caramelo líquido, apagar el fuego, agregar las almendras troceadas e integrarlas rápidamente con una espátula de goma.
Verter inmediatamente la mezcla en el molde con papel encerado y esparcirla lo más uniforme que se pueda. Dejar que se enfríe por completo.
Cuando el caramelo esté frío y duro, trocearlo de la forma deseada.