El volteado de durazno es uno de esos postres que recuerdan mucho a casa. Es muy acogedor y casero. Es uno de esos postres que nuestras abuelas nos harían para hacernos sentir bienvenidos.
Y es que tiene un sabor muy sencillo, y simple. En la mejor manera posible. Es un sabor que a todos (y de verdad me refiero a todos) nos gusta. Y es que, aunque el durazno en general no te guste mucho, este postre te va a encantar.
Esto es porque la parte del bizcocho queda tan húmeda, y llena de sabor, que no hay forma de que no te guste. Te lo garantizo.
Algo que escuchamos mucho, y que ustedes nos dicen mucho, es que normalmente no encuentran muchos postres con durazno. Y estoy de acuerdo. Es una de esas frutas, que, por alguna razón se queda un poco olvidada. Y es algo que no entiendo del todo, porque el sabor que tiene me encanta, y es una muy buena fruta para saborizar muchas cosas dulces.
A mi el durazno se me antoja mucho para usar en postres que sean muy caseros. Por ejemplo, en un cobbler de durazno, o en este caso, en este volteado de durazno.
Este volteado de durazno es super esponjoso y húmedo. Tiene una textura como “acaramelada” que nos encanta. Es un postre muy fácil de hacer. Además, no necesitas ningún tipo de ingrediente raro o complicado.
La mejor época para esto es durante el verano, o primavera, cuando hay buen tiempo. Porque así, puedes acompañar este volteado con helado de vainilla, por ejemplo. Una combinación riquísima que no te puedes perder.
Una cosa que hay que mencionar es que hay que intentar comerse este volteado en uno o dos días. Esto es porque (como con todos los postres que llevan frutas) el melocotón hace que el postre no dure mucho tiempo y se ponga malo rápido. Además, la textura del bizcocho cambia rápido.
Si te gusta esta receta, tienes que ir a ver nuestro volteado de piña, ¡que te va a encantar!
En un bol mediano, combinar con una cuchara la mantequilla derretida con el azúcar moreno hasta que estén bien integrados y se forme una mezcla tipo caramelo.
Para cortar los duraznos se pueden pelar o dejar con piel. Cortarlos por la mitad, quitarles el hueso y luego cortarlos en rebanadas delgadas.
Engrasar con mantequilla un molde circular de 23 cm de diámetro aproximadamente. Vaciar la mezcla de caramelo en el fondo del molde y esparcirla con una cuchara de manera uniforme.
Colocar las rebanadas de durazno encima del caramelo, formando una capa que vaya en espiral desde el centro hacia los bordes. Se pueden encimar un poco las rebanadas de durazno para que todo el fondo del molde quede bien cubierto.
Para el bizcocho:
Precalentar el horno a 180° C. En un bol mediano tamizar la harina con el polvo para hornear y la sal.
Aparte, en un bol grande agregar los huevos con el azúcar y batir con una batidora eléctrica o batidor de globo por 4 minutos hasta que la mezcla se aclare y triplique su tamaño.
Añadir con cuidado y sin dejar de batir la mantequilla derretida y el yogurt. Batir por 30 segundos más hasta que todo se integre perfectamente.
Agregar la mezcla de la harina en dos adiciones, batiendo por 10 segundos después de cada adición, solo hasta lograr una mezcla suave y sin grumos, pero es importante no sobre batir.
Vaciar la mezcla en el molde encima de los duraznos y extenderla con cuidado usando una espátula de goma para no desacomodar la capa de los duraznos. Hornear a 180° C por 45 minutos aproximadamente hasta que al insertar un palillo de madera este salga limpio.
Una vez listo, retirar el bizcocho del horno y dejarlo enfriar dentro del molde por 15 minutos. Después, desmoldarlo dándole la vuelta sobre un plato grande y servir el volteado de durazno caliente o a temperatura ambiente, acompañado de helado o crema batida si se desea.
Empezamos este blog como una forma de recopilar todas las recetas que hacíamos en casa. Desde pequeñas hacíamos muchos postres con nuestra mamá. Esta pasión pronto se convirtió en algo más.
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